Rosario Hasperue

16 diciembre, 2014

El Foro por los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Juventud de La Plata emitió un comunicado exigiendo la creación de un mecanismo nacional de control y monitoreo de lugares de encierro tras la muerte de Diego Borja el pasaso 1 de diciembre.

Diego tenía 17 años, hacía 5 meses que estaba detenido en una cárcel para adolescentes, de forma cautelar, es decir sin juicio, y murió quemado una semana antes de cumplir 18 años. Había sido sancionado luego de “discutir” con el personal del instituto cerrado Luis Agote con un encierro por 48 horas en una celda de aislamiento, ubicada en una zona alejada del resto de la población encarcelada y las oficinas del personal.

Sin embargo, la sanción de aislamiento no está prevista por el reglamento disciplinario de los Institutos Cerrados dependientes de la SENNAF. Cuando el fuego comenzó, no había guardias cerca de la celda y a Diego se le quemó el 80% de su cuerpo y luego de agonizar en el Instituto del Quemado, falleció. Entre el 2004 y el 2014 murieron 58 niños y adolescentes en centros de detención y no hay detenidos signados como responsables a pesar de haberse constatado la práctica sistemática de la tortura sobre los muchos de estos chicos presos. Conversamos con Rosario Hasperue, coordinadora del Foro.

Programa: Una estrategia fatal

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