Comenzó la temporada de fotogrametría de ballenas / Entrevista a Mariano Sironi, director científico del Instituto de Conservación de Ballenas

El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) informó que se inició la campaña de «fotogrametría», una técnica no invasiva de fotografías aéreas tomadas desde drones para determinar la condición corporal de los ejemplares de ballena franca austral en el área de Península Valdés, sobre el noreste del Chubut.

Radio Universidad de La Plata se puso en contacto con Mariano Sironi, director científico del Instituto de Conservación de Ballenas, quién puntualizó que lo que hacen es utilizar esta técnica «que consiste en poder medir cualquier objeto a través de fotografías, en este caso tomadas desde drones. Lo que hacemos es sobrevolar sobre la costa de Península de Valdés, tomando fotografías de las ballenas, que además podemos identificarlas y saber quién es quién, cada individuo, conocemos muchísimas ballenas de la población. Cuando el animal está en la superficie, idealmente sin arquear el cuerpo, estirado, se toman medidas que son proporcionales, son medidas relativas. Uno puede tomar la medida del largo y luego se toman los anchos a lo largo del cuerpo, y cuando el animal gira y se pone de costado, se puede tomar el alto y también podemos calcular su volumen, y con datos que existen sobre el peso de los tejidos, los órganos y demás, también podemos pesarlas».

Sironi contó asimismo que «el dron vuela sobre las ballenas a unos 40 o 50 metros de altura, pero podemos volver con el dron hasta unos 2 kilómetros, entonces hacemos como un arco desde los acantilados, volando por la costa y tomando fotografías. Se pueden obtener cientos de fotos durante 1 día y luego se trabaja en la computadora, eligiendo la mejor imagen de cada ballena y corriendo un programa para hacer estas mediciones y podemos identificar a los animales, estudiando el patrón de callosidades que tienen en las cabezas, que son parte de la piel engrosada que tienen en la cabeza, y como son diferentes en cada animal y se mantienen iguales a lo largo de su vida, sirven como una especie de huella dactilar y podemos identificar al animal con nuestro catálogo, que actualmente tiene unos 4 mil individuos conocidos, y sabemos quién es».

La entrevista: