Se presentó en La Plata el libro Inconscientemente Verdadera / Entrevista a su autora, Greta Lapistoy

En la Feria del Libro  de La Plata, se presentó el libro «Inconscientemente Verdadera», un volcán llamado bipolaridad. Radio Universidad de La Plata dialogó con su autora, Greta Lapistoy.

«Se suele caer en lugares comunes y si alguien cambia de opinión, o cambia de humor en un día, dicen ‘esta persona es bipolar. En realidad, la bipolaridad no es el cambio de humor en un día, ni en una semana. Hay dos etapas, una etapa depresiva y una maníaca. Dependiendo de la persona, se le despierta primero una y después otra. Una depresión puede durar una semana e incluso meses. La bipolaridad es una enfermedad genética, donde en un momentos los neurotransmisores, las hormonas, las sustancias químicas, como la dopamina, la serotonina, se desequilibran y causan estos cambios de humor. Este cambio anímico es muy fuerte. La manía o hipo manía se denomina así porque tiene distintos niveles. La maní es cuando, además de estar acelerado, de no dormir, comer poco, hacer muchas actividades, se le suman alucinaciones, ya sea acústicas o visuales. Ahí se le dice manía, que es más grave. Hipomanía es cuando estás muy acelerado, pero no hay alucinaciones. En esa época se duerme poco o nada. Yo pasé una semana sin dormir», contó Lapistoy.

La escritora indicó asimismo que hizo de su enfermedad  «hizo de mi una novela, porque escribí dos tercios del texto en la etapa maníaca, sin saber lo que me estaba pasando. Estaba muy inquieta, no podía parar de caminar, no podía parar de hacer cosas y una de esas cosas era escribir. Después de 1 mes y medio, me sacaron la lapicera, los cuadernos, y me dijeron ‘lamentablemente vos tenés una enfermedad, así que tenemos que medicarte, tenés que descansar, tenés que volver a comer’. Yo había bajado más o menos 8 kilos en un mes. Estaba piel y hueso. Safé de una internación. Mi familia se jugó y dijeron ‘lo hacemos domiciliario’. Hace 17 años nadie entendía nada. Ni siquiera se decía como un chiste que alguien era bipolar. Hicieron mucho esfuerzo para que yo vuelva a comer, a dormir, baje decibeles, pero al poquito tiempo empezó la etapa depresiva y ahí me dieron claramente el diagnóstico» y agregó, en relación al uso de sustancias o alcohol para revertir algunos de los síntomas, en particular entre jóvenes, puntualizó, que «cuando van a pedir ayuda, las familias van con las mejores intenciones, cuando llegan los chicos están con alguna adicción también y los médicos les cuesta mucho. Es por eso que las estadísticas dicen que el diagnóstico de bipolaridad tarda entre 5 y 7 años. A mi me lo dieron en menos de 5 meses, porque no consumía nada y porque era mamá y me di cuenta que me pasaba algo y pedí ayuda».

La entrevista: