Astronomía para adolescentes con encierro punitivo

4 mayo, 2015

Con el objetivo de garantizar el “Derecho al cielo nocturno”, un equipo de extensionistas de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas dicta talleres de astronomía para niños y adolescentes en situación de encierro. La novedosa experiencia que desarrolla desde hace dos años la Universidad Nacional de La Plata se realiza en Centros Cerrados dependientes de la Dirección de Institutos Penales de la Secretaría de Niñez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires, ubicados en la localidad de Abasto.

La idea original del proyecto de Extensión “Astronomía en contexto de encierro punitivo”, que llevan adelante profesores de esa unidad académica, surgió de un análisis realizado previamente por docentes de Trabajo Social de la UNLP en prácticas desarrolladas en esos espacios.

En los Centros Cerrados la posibilidad de salir a mirar el cielo en horario nocturno está prohibida, y la observación de las estrellas queda librada a la suerte de la disposición de las celdas. Esta realidad motivó a los profesionales de la UNLP a pensar de qué forma estos niños y jóvenes podían tener garantizado un espacio de recreación, a partir del derecho a mirar ese cielo nocturno. Así surgió la iniciativa de los docentes del Observatorio, interesados en promover con una actividad extensionista la democratización del saber astronómico.

Los talleres se dictan en los institutos Nuevo Dique, Castillito, Ibarra y COPA.

Ignacio Gargiulo, director del proyecto, explicó que “en los dispositivos del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil de la provincia de Buenos Aires -donde se encuentran encerrados alrededor de 500 jóvenes pertenecientes, en su gran mayoría, a familias pobres y del conurbano- las condiciones de detención revisten serias irregularidades. En particular, el acceso a la recreación en estos espacios considerados como dispositivos para el cumplimiento de medidas socio-educativas, resulta sumamente precario”.

Los responsables de la iniciativa sostienen que la relación hombre-paisaje se ve truncada por esos dispositivos de encierro. “En los Centros mirar el cielo en horario nocturno está prohibido o depende de la estructura edilicia de la institución e incluso de la disposición de la celda y ventana, esto nos hizo pensar en la idea de lo que entonces llamamos ‘Derecho al Cielo Nocturno’”, reafirma Mara Fasciolo, una de las coordinadoras del proyecto.

La idea fue tomando cuerpo colectivamente desde sus inicios gracias al trabajo con estudiantes de diferentes carreras, reafirmando la importancia de la labor interdisciplinaria. Los extensionistas de Trabajo Social, Derecho y Ciencias de la Educación aportan las coordenadas de las condiciones de vida que son particulares de la población destinataria, cuestiones teóricas y procesales acerca del Régimen Penal Juvenil e idean contenidos acordes a la realidad de los jóvenes.

Para articular los talleres con los contenidos curriculares que se abordan en las áreas educativas de estos Centros se realizan reuniones con los docentes de los mismos. En este caso, el aporte de Ciencias de la Educación es fundamental.

Federico García, otro de los coordinadores de esta iniciativa detalló los temas específicos de astronomía que incluyen los talleres “Trabajamos particularmente sobre puntos cardinales (para orientarnos en la Tierra así como en el cielo), constelaciones (como construcciones sociales) y la Luna (como “símbolo” de la noche, con sus diferentes fases). La elección de estas temáticas se basa en que las mismas tienen en común que se relacionan con objetos y cuerpos celestes cotidianos, que se pueden ver a simple vista. Intentamos que los talleres estén atravesados de juegos para que sea un espacio educativo y recreativo a la vez”.

UNA EXPERIENCIA INÉDITA

Los talleres comenzaron a desarrollarse a mediados de 2013. Se trata de una experiencia inédita ya que no existen antecedentes de actividades astronómicas de extensión nocturnas en instituciones de encierro.

“Para nosotros el principal objetivo es que ellos tengan garantizado un espacio de recreación a partir de poder mirar el cielo a simple vista, con telescopios y poder descubrir cosas en él ya que es lo que más les gusta en el momento de la actividad. Es un poco de ‘aire’ para los jóvenes, en ese régimen de vida tan poco oxigenado y a horas que no están acostumbrados”, contó Gargiulo.

“Somos conscientes de que nuestra participación es acotada, no podemos reformular el régimen de vida, (aunque de algún modo promovamos la reflexión acerca del mismo) ni forma parte de una política pública que abarque todos los Centros Cerrados provinciales. Intentamos trabajar sobre la recreación como un derecho en el marco del castigo que implica el encierro, promoviendo a su vez, el derecho de los jóvenes privados de su libertad a vincularse con el paisaje, especialmente con el cielo nocturno”, reflexiona Fasciolo.

Y concluye: “las devoluciones que hacen los jóvenes sobre los talleres son sumamente positivas, incluso las que realizan en forma anónima y por escrito, al finalizar los talleres. Se observa una participación activa donde manifiestan sus interrogantes, sus comentarios. Estas inquietudes e interrogantes son tenidas muy en cuenta a la hora de realizar la planificación de los siguientes encuentros”. (Prensa UNLP)


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