Cambiemos genera, si bien no transmite, malas noticias

31 julio, 2018

*Por Mara Pedrazzoli (Economista graduada de la UBA)

 

Distintos funcionarios del gobierno mantuvieron las semanas pasadas reuniones con gobernadores y ministros provinciales para “acordar” los recortes en educación, salud y vivienda, así como en las transferencias de capital usadas para el desarrollo de obra pública, que forman parte del ajuste 2019. A fin de la tarde del viernes el titular de Anses, Emilio Basavilvaso, dio una última y sensible puntada al tejido del ajuste fiscal aprobando un recorte en las asignaciones universales por la reducción del tope máximo de ingresos aplicables a los beneficiarios y la eliminación del plus para zonas desfavorables (como Catamarca, Chubut, Jujuy, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego).

El gobierno nos condujo a una encrucijada donde incumplir el ajuste conllevaría una recesión ya ineludible y una sanción de parte del Fondo, pero cumplirlo exacerba la recesión. Crece la incertidumbre sobre el futuro económico de 2019.

 

Desplome económico

En mayo la actividad en sectores como la construcción, servicios, agropecuario e industria promedió una caída del -6% respecto a igual mes de 2017, según medición del INDEC. En solo un mes la contracción equiparó al crecimiento de la actividad en el último año y medio. La sequía que afectó a la cosecha de soja y la crisis cambiaria explicaron el desplome económico.

“El segundo semestre será mucho más difícil” había anunciado el Ministro de Producción, Dante Sica, a poco tiempo de asumir. Estaba en lo cierto, hasta el momento no hizo nada para revertirlo. El PIB caerá este año -0,4% según consideradas proyecciones privadas; el ajuste recesivo al que se atiene el gobierno y cualquier nueva precipitación cambiaria agravarían esta situación.

En Campana como zona fabril, la crisis industrial impactó de lleno: cambiar producción local por importaciones conllevó el cierre de 11 plantas petroquímicas desde el año pasado. El rubro de la construcción también atravieza un momento delicado merced a promesas incumplidas por el gobierno.

 

Mayor desempleo y tensión social

El economista jefe de la UIA, Diego Coatz, sostuvo semanas atrás: “el empleo va a seguir cayendo lentamente”. Fue noticia al momento de la declaración pero justamente la verdad de su enunciado, el “lentamente”, es lo que en parte quita al desempleo como tema de la información diaria. Sin embargo es un problema grave y cotidiano, en Crónica TV publicaron la siguiente placa: “Se producen 4.380 despidos por mes”.

Al igual que la cartera de Producción, el Ministerio de Trabajo esquiva la situación. En lugar de apoyar a los trabajadores, batalla a sindicalistas. La semana pasada dictó la conciliación obligatoria para frenar el paro anunciado por el gremio docente y también multó por $ 810 millones al sindicato de Camioneros (por no acatar una conciliación en 2017). La tensión es creciente con los sindicatos más combativos.

En la zona se confirmaron 270 despidos de convenio en Atucha I y II, según nos comenta Abel Furlan, Secretario Regional de la UOM: “el gobierno canceló la construcción de dos nuevas centrales comprometiendo la situación de unos 3.000 a 5.000 trabajadores que integran planta”. Recordemos que el polo petroquímico generó 800 despidos el año pasado. “En un contexto de apertura de las importaciones, el uso de la capacidad instalada de las plantas industriales llega apenas al 60%, lo cual hace aún más difícil la posibilidad de revertir el desempleo”, aclaró Furlán.

 

Inflación récord y subas programadas para los próximos meses

En junio la inflación marcó un récord de 3,7% mensual producto de la devaluación cambiaria iniciada a fines de abril y que impacta sobre los precios con unos meses de rezago. Para cumplir con la meta implícita de inflación del 30% para el año, el Banco Central debería ser capaz de mantener la inflación mensual a la mitad del dato de junio, en 2%. Sin embargo varias consultoras privadas coincidieron en señalar que la suba de precios rondará el 3% en julio, según publicó el portal de noticias El Economista. El impacto de la devaluación es un poco menor por la recesión económica.

Ante esa situación el gobierno se encuentra nuevamente echando más leña al fuego. Se prevén cuatro importantes subas programadas de precios hasta fin de año: cigarrillos, combustibles (con precio dolarizado congelado desde mayo por un acuerdo del ministro Aranguren), tarifas de gas y energía eléctrica (aumentos promedios del 30%) y transporte urbano (30% el pasaje de colectivo en CABA y hasta 70% en trenes).

Al respecto consultamos algunos negocios de la calle Roca: “la inflación se siente todo el tiempo en los costos, porque el 90% de mis productos son importados, los costos fijos se hacen más pesados porque las ventas cayeron drásticamente”, comentaba una comerciante del rubro de accesorios.

 


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