Geopolítica hidráulica: las guerras del agua que se avecinan

20 junio, 2016

Por Damián Jacubovich (*)

En acentuada escasez, distribuida de manera irregular en el planeta, derrochada por la falta de concientización de las sociedades en general, y contaminada de manera escandalosa en el transcurso de las últimas décadas, el agua dulce llamada “oro azul” por su creciente valor así como su rol fundamental en el sostenimiento de todas las formas vida del planeta se encuentra en la actualidad en el corazón mismo de la geo-estrategia y de la geopolítica de todas las naciones del mundo.

Como dato el 97,5% del agua del planeta es salada, por lo tanto, no utilizable para consumo humano ni para la industria. El 1,5% se encuentra congelado en los polos ártico y antártico, por lo que en consecuencia tan sólo el 1% del agua del mundo mantiene la vida sobre la tierra. Pese a que en el año 2010 las Naciones Unidas declararon el acceso al agua potable como un derecho humano, el agua insalubre sigue siendo la primera causa de muertes en el mundo. La ONG francesa Solidaridad Internacional publicó un informe para el 7mo Foro sobre el Agua realizado en el 2015 en Corea del Sur, por demás alarmante. Aproximadamente 7.500 individuos -de los cuáles 5.000 niños-, mueren diariamente por la falta de saneamiento del agua. 2.600 millones de personas no tienen acceso a fuentes de agua sanas, y más de 1.800 millones de personas se ven afectadas en el uso cotidiano del agua por presencia de materia fecal, plaguicidas y químicos de altísima toxicidad.

Los problemas relacionados con el acceso al agua causan diez veces más muertes que todas las guerras del planeta cada año. Un habitante de la tierra sobre siete no tiene acceso a un agua de calidad. Según las previsiones para el año 2025 aproximadamente 1.800 millones de personas vivirán en regiones que presentarán absoluta escasez de agua como consecuencia del calentamiento global y el aumento demográfico; lo que podría generar flujos migratorios difíciles de controlar, dando espacio a una nueva figura para la legislación internacional: el refugiado climático.

La geopolítica del agua presenta en consecuencia un desafío civilizatorio que abarca los niveles políticos, económicos y sociales en todas las escalas. Las razones de esta crisis son numerosas: el aumento de la población en los últimos 150 años pasó de 1.100 millones de habitantes a más de 7.500 millones, el cambio en las costumbres alimenticias que lleva a un uso desmedido del agua para la ganadería y la agricultura tecnificada y de mono-cultivo, el creciente consumo de alimentos que precisan más irrigación. Para dar una idea de este último aspecto, según el especialista francés en problemas de seguridad relacionados con el agua, Franck Galland, se calcula que los alimentos que consume un vegetariano en un día en Europa implica un consumo de 2400 litros de agua en tanto que en los Estados Unidos para obtener un 1 kilo de carne se necesitan 15.000 litros de agua. Otro factor agravante de la crisis es el cambio climático y el calentamiento global que empeora la crisis hídrica afectando fuertemente la disposición, los ciclos y el flujo del agua dulce.

Mientras que la atención del mundo entero se sigue centrando especialmente en los combustibles fósiles, hoy el acceso al agua para las naciones, es ya eje de numerosos conflictos, también llamadas “violencias hidráulicas”. Los ejemplos de estas fuertes tensiones por los recursos hídricos abundan: Etiopía, Uganda, Egipto y Sudan por el Río Nilo, México y Estados Unidos por el Río Colorado, etc…

Con aproximadamente un 6% de la población mundial, nuestro continente posee casi un 33% de los recursos de agua dulce del planeta. Con 3.100 m3 de uso de agua per cápita por año, la región suramericana duplica el promedio mundial.

Existen entonces numerosas razones para explicar los cada vez más conflictos existentes alrededor del tema del agua: desde la devastación ambiental, pasando por la creciente escasez de este preciado líquido hasta los intereses del negocio del agua embotellada.

Frente a este panorama no es de extrañar que la geopolítica y el negocio del agua se han vuelto una de los objetivos claves, no solamente de los gobiernos del mundo, sino también de las multinacionales y de la elite mundial. Resta preguntarse frente a la inmensidad de los recursos hídricos que posee el continente latinoamericano (una de las tantas riquezas naturales de la región), ¿cuál será la geo-estrategia militar de defensa latinoamericana pensando en las guerras del agua que se vienen, a sabiendas que si se suman todos los presupuestos anuales militares de la región, América Latina no representa ni siquiera el 5% del total mundial?

(*) Investigador del Centro Cultural de la Cooperación


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