Es la Economía Política

3 octubre, 2016

Por Ernesto Mattos / Economista (UBA). Docente e investigador FCEUBA-CCC-CESO. Durante el periodo de la revolución industrial europea (Siglos XVII, XVIII y XIX) hubo distintos ejemplos, uno fue el camino belga el otro el francés y el estudiado por excelencia, el británico, en la otra punta de países que realizaron distintas revoluciones industriales está la teutona. Alemania tuvo los recursos minerales y otros necesarios para acelerar su industrialización en base a la maquina a vapor, el ferrorcarril, telar, sustitución de importaciones, y el Estado. En el caso alemán existió un autor como Federico List, que planteo algo muy simple, “una nación puramente agrícola no desarrollará a un alto grado su comercio interior y exterior, sus vías de comunicación y navegación mercante: no aumentará su población al mismo tiempo que su prosperidad; no realizará progresos sensibles en su cultura moral, intelectual, social y política; no lograra una gran potencia política; no será capaz de influir en la civilización y el progreso de los pueblos menos adelantados, ni fundara colonias (Sistema Nacional de economía política).”

En los distintos países de Europa (Gran Bretaña, Alemania, Bélgica y Francia) prima la expansión del capitalismo basado en la extracción y explotación de sus anexamientos territoriales: colonias. Un proceso necesario fue que los intereses privados se tuvieron que subordinar a los intereses públicos y ellos al interés de la Nación, generación por generación, construyendo una Nación.

En el caso británico tuvimos el ejemplo de Smith cuando definió la proto-lucha de clases al señalar que la sociedad está dividida en clases sociales: terratenientes, obreros y comerciantes o industriales. El primero Adam lo ubica como los perezosos de la sociedad ya que su renta proviene de la tierra; en el segundo encuentro un estado de explotación u falto de educación para ejercer las artes del comercio y el buen gobierno; pero en el tercer encontró al “sujeto” capaz de ejercer el gobierno y las artes del comercio ya que es el que asume la aventura mercantil del naciente y expansivo capitalismo, y antes de festejar que los industriales o comerciantes sería el sujeto que asuma la tarea de conducir la nación, Smith advierte, que esta clase social tiene un interés individual que puede preferir al interés común, el interés de las mayorías. Esta advertencia supone una sociedad en permanente conflicto entre perezosos, explotados e individualistas donde uno de ellos se hace con la conducción de la Nación uno para mantener el estatus quo o reducir los niveles de desigualdad de ingresos y riqueza. Pero es David Ricardo quien aporto a resolver esta tensión entre las clases sociales al desarrollar su “Ensayo sobre las utilidades 1 ” y nos dice que “son las utilidades del agricultor las que regulan las utilidades de todos los demás negocios y como las utilidades del agricultor tienen que disminuir inevitablemente con todo aumento del capital empleado en la tierra, si al mismo tiempo no se introducen mejoras en la agricultura, tienen que reducir todas las demás utilidades y, por consiguiente, que reducirse el tipo de interés”.

El resultado de esta racionamiento es que hay que regulara las utilidades del sector terrateniente o perezoso y para lograr ello es el sector industrial (individualista) el que se hace con la conducción parlamentaria y del gobierno.

En el caso francés, que si bien tuvo otros tiempos, la idea de la industrialización estuvo expresado en otro intelectual llamado Saint-Simon quien se preguntaba ¿Qué rango deben ocupar los industriales en la sociedad? La clase industrial debe ocupar el primer rango, por ser la más importante de todas, porque puede prescindir de todas las otras, sin que éstas puedan prescindir de aquélla; porque subsiste por sus propias fuerzas, por sus trabajos personales. Las otras clases deben trabajar para ella, porque son creación suya y porque les conserva su existencia; en una palabra: realizándose todo por la industria, todo debe hacerse para la industria (Catecismo Político de los industriales).

Teniendo en cuenta estos ejemplos no podemos dejar de tener en cuenta los aportes al debate del desarrollo argentino de autores como Arturo Jauretche, Scalabrini Ortiz, Eduardo Jorge, Adolfo Dorfman, Alejandro Bunge o Marcelo Diamand. En todos estos autores hay una tensión no resuelta entre el sector agropecuario e industrial. No caemos en la dicotomía agro e industria sino en el agro concentrado en la principal producción de exportación vinculado al comercio exterior y su alianza con un sector de la industria. La industria en su conjunto, se encuentra subordinada a un sector como Alimentos y Bebidas el segundo proveedor de divisas de la economía, primero está el sector Cereales y Oleaginosas. En la argentina los intereses privados no están subordinados a los intereses públicos ni a los intereses de la Nación sino a la “Patria chica”; son los perezosos e individualistas los que conducen la Nación y dejan a los explotados fuera de la distribución del ingreso y la riqueza. Por ello priorizaron la desregulación del comercio exterior derogando los derechos de exportación al agro y la industria “concentrada” desarticulando el incipiente entramado industrial y contradiciendo los preceptos básicos del capitalismo como lo conocemos ¿Cuál será el camino? ¿Seremos simplemente un Estado agrícola? Por lo pronto el resultado es el aumento de los derechos de importación y la caída profunda de los derechos de exportación, mayor importación a exportaciones ¿Cuál es futuro que recauda solo por derechos importación?.

1 http://crecimientoeconomico-asiain.weebly.com/uploads/1/2/9/0/1290958/ricardo_d_1815_ensayo_sobre_las_utilidades_texto.pdf

 

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