Historias de trabajo 8

30 enero, 2019

Desde 2018 se difunden entrevistas a personas que integran la Universidad. Desde cada subjetividad se vislumbra lo universitario. Qué hace esa subjetividad a lo objetivo, a la institución, colaborando en su funcionamiento. ¿A quién admirás, si admirás? ¿De qué club sos hincha?¿Militás? ¿Cuál es tu área de responsabilidad? Se pretende contar, en definitiva, quiénes son y qué hacen quienes trabajan y viven la Universidad.

Gerardo Pérez es preceptor en la escuela secundaria Liceo Víctor Mercante, dependiente de la Universidad. Fue, por bastante tiempo, militante del Partido Comunista y de organizaciones conexas. Ahora, más cercano al peronismo, es delegado gremial. Vive con su chica. Tiene cuatro hermanxs y una vinculación estrecha con su familia de origen y su familia ampliada. Le inquieta la desocupación y la destrucción de lazos sociales. En cuanto a los pibes, los problemas convivenciales.

-Contame cómo se compone tu familia más estrecha, más cercana.

-Tengo 3 hermanos. Dos más grandes y uno más chico. Y una hermana. Mi viejo falleció hace 4 ó 5 años. Ese es mi vínculo. Y de alguna forma, estoy construyendo una familia. En pareja, conviviendo. Pero no sé si es la familia. Porque la familia es un hijo. Justo el otro día cursaba un Seminario de Posgrado donde trabajamos sobre la familia. Se daba la discusión si el perro es la familia. Y para mí el perro es el perro, las personas componen la familia.

-¿Y amigos, o personas de tu familia que no sean del núcleo, que consideres familia extendida?

Tengo, por parte de mi viejo, una hermana. Y con ellos nos juntamos en las fiestas. Después, con mis primos y con mis tíos, nos juntamos a comer, a jugar al fútbol. Tenemos el famoso grupo de primos. El famoso grupo de hermanos. Con los hermanos, una vez por mes, nos juntamos a comer. Con los primos lo mismo. Y siempre alguno lleva un amigo. Alguien que se sume.

-¿Cuáles son los temas de actualidad que te movilizan en una discusión?

¿Temas que me movilizan a mí? Soy militante desde los quince años. Fui militante secundario. Militante estudiantil en la Universidad. Y ahora soy militante sindical. Estoy en ADULP (Asociación de Docentes de la Universidad Nacional de La Plata). Lo que me moviliza son, no sé por qué, los pibes en la calle. Y, muchas veces, el desinterés. Yo tengo un grupo de amigos que son ex alumnos del Liceo. Un grupo de secundaria. Y no todos tienen los mismos intereses y análisis de la realidad. Y cuando escuchás el desinterés que hay: ‘Siempre hubo pobres. Ya la familia es así. Esos pibes son irrecuperables’. Que la niñez es irrecuperable, a mí me subleva. Yo sé que el que se enoja pierde, pero ahí ya no me puedo contener. Me moviliza tanto al punto de no poder ofrecer una discusión donde pueda ganar. Un escenario o una batalla donde pueda ganar. Y después, pensar que se pierden empleos en Argentina. En este contexto, te movilizan cosas todo el tiempo. Prendés la radio, la tele. Desocupación. Fábricas que cierran en el país. Cada vez más productos importados. Como peronista, el ver eso te parte el alma. Recuperé todo lo que está atrás de eso. Lo que está atrás es el conocimiento del país. La caída de los puestos de trabajo. La desintegración de las familias. De los sueños de esas familias, que podrían estar mucho mejor.

-¿Practicás deportes? ¿Te interesan los deportes?

Sí. Juego al fútbol todos los sábados. Hace cerca de 20 años. Era un grupo que tenía mi viejo con sus amigos. Después, los amigos fueron cada vez más viejos. Y se sumaron los hijos. Y amigos de los hijos. Es en un proterito. En la cancha, sobre la Circunvalación, en la calle 31 entre 66 y 67. Tenemos una cancha de bochas, que era de los viejos, de un club vecinal. Ahora la cancha de bochas la destruyeron para hacer el canal. Y nosotros recuperamos la cancha, pusimos los arcos. Arcos con estructura de hierro. Y vamos a poner unas ligustrinas atrás para que nos se pierdan. Y nos juntamos todos los sábados. Muchas veces tenemos que sacar, porque hay gente que tira escombro. Ponemos plata los sábados entre nosotros para comprar pelotas. Es como un grupo. Y, además, jugamos entre amigos. Porque he ido a jugar torneos los sábados y la otra persona, que está adelante tuyo, te quiere romper las piernas, si es necesario, para ganarte. Y no te cuidás. Nosotros somos un grupo de amigos. De vez en cuando nos juntamos a comer. A fin de año siempre hacemos un asadito ahí mismo en la rambla. Y los jueves también, con amigos de la secundaria, juego al fútbol. Lo mío es el fútbol nomás. Antes sí. Iba a correr seguido. Iba a circunvalación. A 72. Pero el mudarme a Ensenada me desorganizó.

-¿De qué club sos hincha?

De Estudiantes de La Plata.

-¿Vas a la cancha?

Sí. Soy socio.

-¿Militancia o pertenencia política?

En el secundario. Al toque que arranqué fue el 2001. El proceso de tomas de las universidades y facultades. El colegio estuvo tomado mucho tiempo. Con la suerte que los docentes acompañaron. Participé de todas las marchas de 2001. La marcha de antorchas. Participé en todas. Y siempre buscaba. Cuando egrese de acá, qué voy a hacer. Y hablando con uno y otro. Hablé con unos chicos de la JCR (Juventud Comunista Revolucionaria), de la CEPA (Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista). Y preguntando dónde se puede ir a discutir un poquito de política con ustedes. Y cuando me dijeron que eran un partido clandestino, me di cuenta que estaban en otra, que no entendían nada. A los 18 años me di cuenta que no entendían nada y entonces con ellos no me junté. Estuve hablando mucho con el Partido Comunista (PC). Y al toque, a los 19 años, me afilié al PC. Entré a Humanidades y empecé a militar. Con el PCR (Partido Comunista Revolucionario), con el PC, el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores) en su momento. Y una agrupación, Agua Negra, medio anarquista. Armamos un Frente y ganamos la Federación. Conducíamos. Y te conté, que era Vicepresidente de la FULP.  Después, con el kirchnerismo, yo ya era responsable de la Juventud del PC. Di la discusión, en un Congreso del Partido. El Congreso es el que discute la línea del Partido. Daba la discusión respecto a que no podíamos dar al kirchnerismo como neoliberal. Y cuando se va planteando la discusión, se plantea que una línea del partido no iba a discutir eso y entonces me voy del PC.  Después, por relaciones personales.  Estaba saliendo con una chica que era la hija del Secretario General de Luz y Fuerza, en ese momento. Y siempre me pasaba material, me invitaba a ver películas, me daba películas para ver. O me invitaba a leer libros. Y ahí me hice peronista. Por peronista me vinculé con el kirchnerismo. Y a partir de eso medio que armamos la Jauretche, en Humanidades. Y después, al irme de la Facultad, como no estaba militando en lo estudiantil, de alguna manera te alejás. Después, en el Instituto Superior, sí, también. Voy a estudiar, me voy a poner a militar. Porque te insume mucho tiempo. Y después, enseguida, armamos una agrupación para ganar el Centro de Estudiantes.  En ese momento lo tenía el PO (Partido Obrero). Y ahora, hace unos cuantos años que soy Delegado en el Liceo. Tuve un período largo que estuve de Delegado. Después, no me presenté. Y ahora devuelta estoy  construyendo con el cuerpo de delegados del Liceo. Y mi militancia o grupo de pertenencia es ADULP. Yo entiendo la necesidad del sindicato para las transformaciones sociales. Y después, mi vinculación con la JP (Juventud Peronista), que es permanente. Antes era mucho para las elecciones. Para dar una mano en volanteadas. O en poner mesitas. Fiscalizar para las elecciones. Y ahora también son vínculos de otro tipo. Comunicarte para hacerte consultas. Convocar gente a actividades que se organizan en la JP. Ya no tanto en una militancia tan activa, que insume demasiado tiempo, pero sí en una fuerte relación con la JP. Cada vez soy más peronista y menos joven. Se te va complicando. Pero bueno, ese sería mi lugar de pertenencia.

-¿Qué opinión tenés sobre la actual situación de los derechos humanos?

Estamos complicados. Tenemos un Gobierno que discute la cifra de 30 mil. Un Gobierno que está avanzando en lo represivo contra los trabajadores. Contra la protesta en general. Se cercena el derecho a la protesta. En eso, los derechos humanos tienen un gran aprendizaje, en cuanto a todo lo que han hecho. El Estado liberal tiene políticas para desintegrar eso. Me parece preocupante la situación actual. Creo que ayer o el lunes fui a ver la película El Camino de Santiago, de Tristán Bauer, sobre detenidos desaparecidos en democracia, que después aparecen muertos. Milagro Sala. Los presos políticos en Argentina. Y tenemos un Presidente que va y habla de Venezuela. Me parece que la situación de los derechos humanos en Argentina es preocupante.

-¿Cuál es el perfil sociocultural-económico promedio de los chicos con los cuales trabajás?

El perfil promedio es complicado sacarlo. El Liceo, como una escuela de la Universidad, quedó con una impronta elitista. En el día a día tratamos de laburar eso. Porque también la obligatoriedad de la escuela secundaria permitió a las clases populares pensar en qué colegio inscribir a sus hijos. Y se abre el Liceo como posibilidad. El perfil es heterogéneo. Tenemos pibes que viven en el centro, en el Casco Urbano. Tenemos pibes que viven en Abasto sin un mango, de zonas rurales. Y que vienen a cursar al Liceo. Pibes de Altos de San Lorenzo, pibes de City Bell, pibes de Villa Elisa. Es muy heterogéneo. Por eso trabajamos con la perspectiva de hospitalidad. Tratar de recibirlos con todo lo que ellos traen. No con la idea de generar un alumno modelo, sino de tomar lo que traen. Y que los pibes puedan ingresar, permanecer y egresar. Más allá del origen. Tiene que ser, simplemente, una cuestión de posibilidades. Ponele, en la escuela trabajamos con las viandas del comedor universitario, becas, fotocopias, becas monetarias para ayudar a las familias. Sabemos que la escuela tampoco es una isla y no podemos laburar las diferencias dadas por la clase social. Pero sí podemos dar las posibilidades para que los chicos sigan estudiando y garantizar la obligatoriedad de todos los jóvenes.

-¿Cuáles son los principales problemas que se plantean con los chicos?

Yo laburo mucho o laburé mucho en primer año, no sé si como problema, pero sí como tema, el de la inclusión. Recibimos chicos de 70 escuelas diferentes: 150 son de 70 escuelas diferentes. Con eso tenemos que armar cinco divisiones. Cinco cursos. Cinco grupalidades y espacios de trabajo aúlico. Y se te dificulta. Tenés pibes que vienen de la anexa con una dinámica muy de tomar la palabra, con mucha oratoria. Chicos que vienen de escuelas privadas donde no existe hacer tarea porque pasan 10 horas adentro de la escuela casi, con jornada extendida o doble turno. Y tenés chicos que vienen con dificultades en la escritura, en la lectura, que no leen de corrido. Ese es el tema que tenemos el primer año, que laburamos todo el año. Generar dinámicas escolares de secundaria. Que ya no son una o dos maestras todo el tiempo, sino quince profes que ven por semana. El oficio de estudiante. Es el tema que trabajamos con ellos. Y con la familia.

-¿Lectoescritura es el principal problema?

Lo convivencial, en realidad.

-¿Tienen conflictos del tipo violencia o algo por el estilo, a ese nivel?

No trabajamos ese tema. El conflicto es inherente a las relaciones sociales. Trabajamos y vivimos en ese conflicto. Y es raro que ese conflicto llegue… hace años que no tenemos una agarrada a piñas en la puerta de la escuela. Al interior de la escuela tampoco. Sí lo trabajamos como posibilidad. De ahí que lo convivencial se nos hace tan importante. Fue el tema que trabajamos en primer año. Después, en segundo, saben con quién juntarse. Manejan ya más libremente sus relaciones sociales. Pero el primer año uno les está muy encima a cómo se llevan entre ellos.

-¿Cuáles son los espacios y procesos de comunicación que se dan entre no docentes y docentes?

Como Delegado Docente, me reúno regularmente, con el grupo que somos, con los delegados no docentes. Tiene carácter institucional. Pero no es institucional. Hay un consejo asesor. Se reúnen la Directora de la escuela, la Vicedirectora, con jefes de cada departamento, elegidos por sus pares, y también los jefes de no docentes. Hay un intercambio. En lo cotidiano, es un trabajo conjunto. No sé si todo el tiempo, porque tenemos lugares diferentes, pero un encuentro cotidiano sí.

-¿El preceptor está considerado docente?

Sí. Los preceptores somos docentes. Y después, entre preceptores y docentes, primero, que estamos mucho en el aula. No solamente pasar el libro, sino comentar algo que pasó en el día con algún chico. O algo que pasó en el grupo. Y después, regularmente, se hacen reuniones en abril. Este año no se hizo por cuestiones de agenda. Y porque fue un año vertiginoso. Pero se suelen hacer en abril y cerca del cierre de notas, en octubre. Y otra instancia con los preceptores del curso, la secretaría académica y todos los profes del curso.

-Fuera de lo que es la vida cotidiana: ¿Hay encuentros donde los chicos planteen sus demandas?

Lo estamos planteando desde el espacio preceptores, la necesidad de un espacio con los chicos. Porque tenemos el encuentro con ellos regular en el aula. Pero es muy poco tiempo. Y en las horas libres. Pero eso no es un espacio planificado. Es un espacio donde solemos hacer actividades. O generar alguna charla o taller. Pero al no ser planificado en el tiempo, uno no puede pensar cierta continuidad. Porque por ahí tenés una hora libre ahora y la próxima es dentro de un mes. ¿Qué continuidad podés plantear? Entonces, de alguna manera lo estamos demandando. Esa necesidad de una instancia regular, periódica, de encuentro sistemático con los chicos.


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