Historias de trabajo

4 septiembre, 2018

En 2018 se da inicio a la publicación de una serie de entrevistas a personas que integran la Universidad. Trabajan en ella o la pueblan de algún otro modo. A través de las entrevistas, relatan algo de sus vidas y, en un mismo momento, dan cuenta de sus cortas o extensas experiencias compartidas. Desde cada una de las subjetividades se vislumbra algo de la Universidad. Qué le hacen a lo objetivo, a la institución, funcionando todos los días. Abriendo sus puertas, dando sus clases, desarrollando sus investigaciones, relatándolo a través de sus medios. Lo hacen personas. Personas que desde diferentes lugares constituyen lo universitario particular para, en relación, constituir lo universitario institucional. A través de las entrevistas a autoridades, docentes, no docentes, dirigentes estudiantiles, bibliotecarixs, referentes gremiales, entre otrxs, de busca, además, dar cuenta de cómo la particular vida de cada uno de sus trabajadores deja su rastro en la UNLP. ¿A quién admirás si admirás? ¿De qué club sos hincha? ¿Te gusta el arte? ¿Cuáles son los hechos que marcaron tu vida? ¿Militás? ¿Cómo resolvés los conflictos en un determinado espacio? ¿Con quiénes te relacionás cotidianamente? ¿Definen de algún modo estas condiciones el quehacer de un trabajador universitario? ¿Te condicionan para direccionar en un determinado sentido tu vida en la Universidad y a la Universidad misma? Estas y otras preguntas se plantearán en cada entrevista, donde se pretende contar, en definitiva, quiénes son y qué hacen las diversas personas que trabajan, transitan y viven la Universidad.

 

Esta es la historia de Héctor Arroqui. No docente a cargo a del Tambo Santa Catalina de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata, ubicado en el predio universitario rural-urbano de Lomas de Zamora. En esta entrevista sintetiza sus 56 años de trabajo en la UNLP, siempre en Santa Catalina. Cuenta que trabaja desde los 14 y vive con su familia en el campo urbano mientras cría, cuida y administra el ganado que la UNLP posee en el predio. Su deseo es que haya más vacas y más leche.

Héctor Arroqui.

¿Cómo se compone tu familia y tu familia ampliada?

La familia se compone por mi mujer y dos varones de 25 y 28 años. El menor vive conmigo y el mayor ya se independizó. Además tengo hermana y hermano en vida. Después tengo un amigo de la vida, de la infancia que trabaja conmigo y es de Agronomía de La Plata. Los que trabajamos acá somos todos descendientes de gente de campo. Cotidianamente estoy con mi amigo y con mi hijo, que trabaja conmigo. El más chico, que es empleado. Mi otro hijo trabaja en otro lado. Es contador y tiene su estudio. Es muy exigente con él. Me llevo mejor con mi amigo, que se llama Jorge Asán. Le decimos Poli.

¿Cuáles son los hechos más relevantes de tu vida?

Ya solamente entrar en la Universidad a los 14 años fue un hecho muy relevante. Llevo 56 años. Recién ahora me voy a jubilar. Estoy iniciando los trámites porque cumplo 70. Pienso que es mucho aporte pero como son distintas autoridades, lo que hizo uno lo ven a pedacitos. Y la gente que trabaja conmigo tiene muchos años también.

Otro hecho es que yo soy un tipo que siempre me gustó el fútbol. Anduve con otros chicos jugando de un lado para otro y me parecía que era una ayuda. Está bueno que los chicos se diviertan. Y después lo llevé a mi hijo. Los nacimientos de mis hijos fueron hechos importantes. Yo soy muy casero. No soy de andar mucho. Si no veo a los chicos, los llamo. Y mi trabajo es todo. Tengo muchas horas en el campo. Es un campo en la ciudad. Estamos a media hora del obelisco.

¿Cuáles son tus intereses, por fuera de la familia y el trabajo?

A mí el fútbol me gustó jugarlo. Tuve la suerte de jugar en un equipo de AFA (Asociación de Fútbol Argentino). Y jugué al lado de figuras grandes como Ángel Clemente Rojas de Boca. Jugué en Arsenal de Lavallol. Ahora es un club desafiliado. Era la escuela de fútbol de Boca. Estaba en los campo de la Facultad. Estaba cerca de donde estaba yo y entonces jugué ahí. Y después fui a jugar en los Andes pero con nombre de otro porque el campeonato ya había empezado. Jugué tres partidos con el nombre de otra persona. Fue una trampa. Me querían ver jugar en tercera de los Andes y la única forma era ponerme el nombre de otro, porque ya estaba cerrado el libro de pases. Son secretos. Yo lo digo porque ya pasaron muchos años. Soy de River. Pero durante mucho tiempo usé la camiseta de Arsenal que es en realidad la de Boca. Me vestía igual que Boca. A mí me interesaba la pelota. Practiqué fútbol desde los 12 hasta los 28 años en clubes de barrio cuando tuve una rotura de meniscos.

Cuando mirás el noticiero: ¿Cuáles son los temas a los que les prestás atención? Los temas que solés discutir con tus amigos, tu familia. Los temas que te interesan.

Los temas que más preocupan en una casa tienen que ver con la parte económica con los gobiernos de turno. Eso siempre se habla. Me preocupa mucho que en la sociedad hay gente que sufre económicamente. Si es un país que tiene mucho, no puede haber pobreza abundante. Hay trabajo pero a veces no alcanza para todos. Ese es el problema. Digo que en la vida fui premiado. El premio que recibí fue trabajar en la Universidad. Siempre tuve mi sueldo desde los 14 años. Y parece que no, pero es muchísimo para un pibe. Es un lujo. Hoy tengo muchos años y tengo una función que cumplir. Me gané esta función a través de los años. Demostrando. Nadie regala nada.

¿Tenés referentes?

Yo te digo la verdad no. Mis compañeros en el fútbol han sido eso, ellos han seguido jugando y nada más. Políticamente tengo gente que se acerca a la Facultad. Gente del Municipio a donde pertenezco. Y hablamos. Pero no muy profundo políticamente. Porque no me interesa, porque me queda grande. A mí me gusta laburar y ganarme lo que me merezco. Mis padres fueron siempre del lado de Perón. Me daban siempre esa conversación. Siempre me hablaron y me explicaron. Mi padre era un hombre de segundo grado pero se hablaba sobre el sentimiento que tenían ellos por ciertas personas. Yo me mantengo como mi padre. Fueron distintas etapas. Pienso que Alfonsín fue una persona que quiso hacer las cosas bien pero no pudo terminarlas todas bien. Tipo honesto. El kirchnerismo tuvo tramos buenos, tramos que se complicaba. Así es la política. Siempre se valoriza lo político por lo que le pasó a uno. ‘Si a mí en esta época me fue bien, valoro a ese tipo’. Como siempre tuve la parte laboral igual, no hubo un gobierno que me haya hecho cambiar la cabeza.

¿Te gusta alguna disciplina artística: la música, el cine, la pintura?

Por mi madre estudiaba guitarra. Me exigía. Quería que yo estudie guitarra. Aprobé teoría y solfeo como profesor. Y no sé nada. Iba a un instituto, pero lo hice por mi madre. No sé nada nada. Mi hijo mayor se compró una guitarra y está estudiando pero para relajarse nada más. Yo nada. Soy amargo. Soy una persona de mirar televisión, noticiero. Y nada más.

¿Naciste en Lomas?

Sí. En el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora. Y a las 14 horas fui trasladado al campo de la Facultad donde vivo actualmente.

¿Tuviste modificaciones en tu lugar de trabajo?

Primero fui cadete. Estuve como cadete hasta los 18 años. Después hice la parte administrativa. Estaba aprendiendo a escribir a máquina. Hice dactilografía. Y después fui al servicio militar. Cuando volví del servicio militar tomé una decisión de pedir el pase y entonces empecé como tractorista. Distintos trabajos de campo hacía. Y después me mandaron al tambo y estuve 28 años trabajando como tambero. Siempre distintas tareas como ordeñar, limpieza y eso. Y no me querían sacar de ahí porque era un trabajo exigente y lo hacía bien. En el año 88 dejé el tambo porque me casaba. Y le dije al Coordinador que el que se casa cuida a la mujer y entonces dejé el Tambo. Y en el 89 entonces pasé a Jefe de Campo Experimental. Ahora soy no docente pero Director desde hace 9 años más o menos.

¿Hasta dónde llegaste con los estudios? ¿Te quedaron ganas de estudiar?

Llegué a sexto grado de antes. No me quedé con ganas de estudiar porque yo siempre estuve conforme con mi persona. Me sentía bien. Y como siempre me defendí con mi forma de ser, hablando, desempeñándome y haciendo mi trabajo. Yo pienso que aprendí mucho en el trabajo.

¿Cuáles son las ideas que lograste aplicar en tu trabajo y cuáles son las que no pudiste?

Yo pedí que me trajeran un tractor nuevo y eso pasó. Por suerte. Esa fue una muy buena noticia porque era una idea que planteé. Hay otras cosas que son más difíciles y que no se pueden hacer. Uno de los problemas que tenemos en el tambo se vincula a que los horarios administrativos de la Universidad no se adaptan a los tiempos del tambo. Porque se arranca muy temprano. Si se trabaja con los horarios tradicionales se termina el campo y el tambo. La persona que no quiere manejarse con los horarios del tambo tiene razón por eso es uno de los problemas que tenemos. Si usted pone relevos no es el mismo trabajo. El que viene a cumplir no lo hace igual.

¿Cuál es tu mirada sobre los jóvenes y los adultos mayores?

Me parece que en la actualidad los adultos mayores están desprotegidos económicamente. PAMI no cubre todo y ese es el sufrimiento de las personas mayores. Para mí eso nunca se modificó. No varía. La gente mayor sufrió siempre. No es ahora. Ni este Gobierno ni el otro. El sufrimiento de los viejos está determinado por la ayuda de los hijos. En cuanto a los jóvenes, yo veo que los chicos de la calle no es lo mismo que los que van a la Facultad. Y eso tampoco cambió de una época a otra.

¿Y la situación de las mujeres?

Siempre la base es económica. No sé si hubo una modificación en cuanto a lo económico. Pero sí la mujer superó al hombre en el desenvolvimiento.

¿Sobre los derechos humanos?

Yo pienso que el trabajo de recuperación de los nietos es muy importante. Porque si no hay un desprecio de nadie es bueno trabajar y que se recuperen los nietos. Porque hay veces que hay cosas que no se aclaran del todo.

Si fueras dirigente político ¿Qué harías para lograr que un chico en la marginalidad llegue a la Universidad, se reciba y no sea la excepción?

Trataría de mejorar las situaciones de pobreza. Hay que ver si la gente quiere salir y ver si un político le puede dar una oportunidad a un pibe para estar mejor. Trataría de brindar un programa de alimentación completo. La mente con la panza vacía no es la misma. Y les pediría a los padres que sean inteligentes. Porque no es sacarle el hambre solamente al chico. Les pediría a los padres que los acompañen en el primario, en el secundario y en la Universidad. Pero si el pibe no tiene la pancita llena no va a poder estudiar. Y para lograr que no sea la excepción, lo primero es ver si el chico quiere salir y que le convenza, que el chico piense que ir a la Universidad es mejor que quedarse. Y después no sé si el poder de un político alcanza para que los chicos lleguen.

¿Existen convenios con organismos otras instituciones públicas o privadas en el tambo?

Hay un convenio con la Facultad de Agrarias de Lomas para manejar Equinos. Para amansar. Desde Agrarias se encargan de amansar caballos que son de Veterinaria. Y la leche se vende, a través de un acuerdo de venta de la Universidad, a una empresa láctea que la comercializa. Con el dinero se efectúan mejoras en el tambo y el campo. También hay practicantes de la Universidad de Lomas. De Veterinaria vienen a hacer prácticas sobre reproducción animal de ganado equino y bovino. Después han venido gente de forrajes de la Universidad de La Plata, de la Facultad de Agronomía a ver la siembra. Y después venían de un práctico a participar del tambo pero no todos los días. Y esa sí era gente de la Universidad de Lomas. También viene una persona de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires cuatro veces al año. Es un docente que faena animales para laboratorio orientado a medicamentos. Hay docentes a quienes conozco hace poco y a otros hace 20 años. Con el ingeniero Maiola tuve y tengo un vínculo fluido. Buena relación para resolver problemas. Aprendí muchas cosas. Hay gente que me dice doctor y no soy doctor.

¿Cómo es tu rutina de trabajo?

A las 4:30 me levanto y voy al tambo. A las 6:30 recibo a los empleados y destino tareas. Después salgo a recorrer un poco y charlo con los empleados. Y veo cuáles son los trabajos que hay que hacer en el día. Si hay que arreglar algo. La limpieza. Hago las compras, las cosas que necesito.

¿Cuántos animales hay?

Hay 16 equinos en este momento. 61 vacas de madroño; 43 vacas secas, entre vaca seca y vaquillona; tenemos una recría de 23 y una guachera de 17 animales. Hubo muchos más animales. En el otro campo, que después se vendió, a partir de un convenio con el Servicio de Sanidad Animal, hubo en una época un programa de recuperación de aftosa. Y llegó a haber mil cabezas. Era una cosa distinta. Eso fue en el 82. Muchos animales los llevaron al otro tambo de la Facultad, en Bavio. Como se achicó el campo, porque se vendió una parte, llevaron animales para otro lado.

¿Qué información del tambo te gustaría difundir?

Me gustaría contar que somos un tambo con poco presupuesto pero que cada día tratamos de sacar un poco más, que nos manejamos con un presupuesto escaso de producción propia. Y que nos manejamos con un precio bajo de la leche. Milagros no hacemos. Yo siempre dije que si algún día tuviese plata, le compraría vacas a la Facultad. Les contaría sobre la tristeza de un empleado. Porque a mí no me da lo mismo cobrar el sueldo a fin de mes. Me gusta esmerarme. Subir la cantidad de litros de leche. Contar la historia del tambo, para poder tener más vacas y más leche.


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